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Capítulo 4:   Refugiados

“Ser refugiado de verdad es una cosa muy difícil, dejas todo, con solo una maleta y tu hija en la mano y te vas, no sabes a dónde ir ni qué vas a encontrar en el camino”.

En este episodio de ‘Desde el interior’ recogemos los testimonios de cuatro personas de diferentes partes del mundo que tuvieron que huir de sus países de origen por el riesgo fundado de ser perseguidas por su ideología, sus creencias, sus ideas, su etnia o su condición sexual. Y que han encontrado refugio en España. 

 Duración: 13:53

Audio:

Estrella Herrera: Dentro de esta carpeta hay una vida de una persona que ha tenido que salir de su país de origen porque era víctima de persecución.

Santiago: En mi país, bueno, en Centroamérica, están las pandillas que reclutan personas. Entonces, si te reclutan y no quieres, te asesinan.

Micheline: Ser refugiado, de verdad, es una cosa muy difícil. Tú dejas todo, todo, todo y algo que uno ha trabajado mucho tiempo con solo una maleta o con tu hija sobre la mano y te va y no sabes dónde ir y no sabes qué vas a encontrar en el camino.

Mariana: Lo que quiero yo es que mi hija tenga una casa, un futuro, un futuro que podamos ver.

Carmen Escrigas, jefa de Servició de Instrucción de Países del Este de la OAR: La Oficina de Asilo y Refugio, que depende del Ministerio del Interior, es el único organismo que existe en España que tiene la función de recibir, analizar y resolver todas las peticiones de asilo que se presentan en España. ¡Mira!, esto fue durante el viaje a Bosnia porque veníamos en el barco del Ejército con la bandera de España y vimos delfines. Entonces, a la niña le debió fascinar. Posiblemente, fíjate tú, una niña de Bosnia, por primera vez, posiblemente, que veía el mar y, por supuesto, que veía delfines. Fue muy, muy simpático.

[Imágenes de archivo en el barco. Cantan “Cielito Lindo”: Ay, ay, ay. Canta y no llores porque cantando se alegran cielito lindo los corazones]

[Bajan del barco los refugiados y se escucha: Gracias por todo lo que nos habéis dado. Que el viento sople de espalda y el sol os caliente siempre, que encontréis un buen trabajo y os hagáis viejos en España]

Estrella Herrera, jefa de servicio de la CIAR de la OAR: Pues, a priori, esto es un expediente administrativo. Pero no solamente es un expediente administrativo. Esto es una persona. Dentro de esta carpeta hay una vida de una persona que, posiblemente sin planearlo, ha tenido que salir de su país de origen porque era víctima de persecución o porque podía enfrentarse a problemas graves, bien frente a sus autoridades o porque sus propias autoridades no la podían proteger.

Micheline, refugiada de República Democrática del Congo: Cuando mataron a mi marido, tenía que salir del país. Sí, lo mataron cuando yo estaba embarazada de mi hija de tres meses. Ahí, cuando estaba discutiendo, un rebelde salió de fuera, entró en la casa y le dio dos balazos. A mí me llevaron al bosque. Y bueno, lo que puedo decir es que fui mujer de todos esos rebeldes sin mi consentimiento.  Me acuerdo con muchas lágrimas porque en mi país, si no tienes familia o no tienes dinero, estás como una basura. Y entonces, lo que me había pasado, yo no me encontraba como mujer, me encontraba como sucia, que no tenía valor.

Sin la esperanza, uno no puede vivir. Sí, yo estoy sola aquí con mi hija y no sabía si un día podría dar a luz bien, porque pensaba que tenía una enfermedad por la violación que me hicieron esa gente. Y, bueno, mi hija nació muy bien, estamos de buena salud. Entonces, lo que digo a la gente es que uno no se puede rendir. Sí. De vez en cuando, te encuentras con una persona y te hace creer que si eres un refugiado, ¿No?. Yo me he encontrado con mucha gente que me hace creer que no, este no es tu sitio, que no tenías que salir de tu país. Bueno, hay otros que sí, que me han acogido muy bien. Me he encontrado como en mi país, me he encontrado como en mi familia.

Pero ser refugiado, de verdad, es una cosa muy difícil. Sí, cuando veo a la gente de Ucrania, de verdad me pongo en su situación. Veo que es muy difícil. Tú dejas todo, todo, todo y algo que uno ha trabajado mucho tiempo con solo una maleta o tu hija solo en la mano y te vas. Y no sabes dónde ir y no sabes qué vas a encontrar ahí en el camino. Lo que puedo decir, de verdad, es al gobierno español: Muchas gracias por esa, ¿cómo se llama? Sí, hospitalidad.

Noor, refugiado afgano: Nosotros salimos de Afganistán por la misma razón que ahora mismo nuestros paisanos, nuestros compatriotas están huyendo. Pues era muy duro, ¿no?... Ves a tu hermana después de 14 años… y mi sobrino me conoció. Dice: "¡Mamá!, ¡Es mi tío! Y corrió hacia mí. Le abracé y 14 minutos o casi 20 minutos llorando los dos. Pues era un día muy grande para mí, reunirme otra vez con miembros de mi familia.

En el tiempo que estoy aquí me han abierto muchas puertas de oportunidad. Sobre todo, saber mis derechos, qué derechos tiene una persona, un ser humano, que nunca nosotros tuvimos este derecho. Y aún no tienen mucha gente. Le explicaría a un español eso, lo que siento. Y cuando termino de hablar, a lo mejor le doy un abrazo y le agradezco que me han dado esta oportunidad. Aunque tenga documentos o no tenga documentos, me tratan como a una persona, como a un ser humano.

Mariana, refugiada ucraniana: Imagina que cuando tienes tu hogar, tu casa, el lugar que amas mucho, donde estás cómodo, que tiene una decoración que te gusta, donde sientes que estás en casa, que una persona puede estar tranquila, donde puedes descansar… Y ahora no tenemos nada de esto… Y lo echamos mucho de menos.

Los países y la gente europea, claro que todos están cansados por las noticias. Pero no deben olvidar que hay guerra en Ucrania y que esta guerra es muy importante en el mundo porque no solo los ucranianos sufren. La situación es muy grave por la crisis, por la crisis mundial.

Para mí, es muy importante que mi hija tenga una casa. Y lo que hace España y otros países es una maravilla con toda la ayuda, los hoteles, los hogares y la gente que ofrece un hogar a la gente ucraniana. Lo que quiero yo es que mi hija tenga una casa, un futuro, un futuro que podemos ver. Porque, ahora, yo no veo nada en mi vida más allá de una semana".

Iván Ruiz, instructor de la OAR: Hace un año que me incorporé a la Oficina de Asilo. Tomé posesión en junio de 2021 y trabajo actualmente en el Departamento de África occidental. Recuerdo que la primera persona a la que le otorgué el estatuto de refugiado fue un chico con motivo de su orientación sexual.

Santiago, refugiado de El Salvador: En mi país, vivía como lesbiana por así decirte, porque allá la transexualidad parece un mito. O sea, allá, si estás lesbiana, dicen qué quieres ser hombre, o si eres gay, dicen qué quieres ser mujer. En mi país, bueno, en Centroamérica, están las pandillas que reclutan personas. Entonces, si te reclutan y no quieres, te asesinan.

Yo tenía a mi hermano que me protegía mucho. Cuando asesinaron a mi hermano, empecé a sufrir el verdadero acoso. Me atacaron directamente con eso de: "Te voy a enseñar a ser mujer, lo que necesitas es un buen hombre". Todos esos típicos comentarios. Y lo que te afectaba no eran en realidad las palabras, sino que te lo decían personas realmente peligrosas. ¿Sabes?

Yo venía sabiendo que tenía que pedir asilo, porque volver significaba haberme burlado de ellos. Entonces, vives un miedo terrible cuando pisas el aeropuerto y piensas en todo lo que tienes que explicar, y que no te van a creer o que no te van a entender. Creo que en el momento en que me dieron el asilo, fue realmente ya me quedo acá. ¿Sabes? Fue quitarme una tonelada de estrés de encima. Creo que esa noche ni siquiera dormí de la alegría.

Cuesta mucho. Hay que tener mucho coraje. Hay que vivir muchas cosas. Habrá valido la pena porque volverás a mirar atrás y verás que tu vida cambió. Que tal vez no eres ni la mitad de lo que has soñado todavía, pero estás en camino.

Refugiados

Cuatro historias que hablan de pérdida, dolor y sacrificios pero que también versan sobre la esperanza y las nuevas oportunidades, y que convergen en un mismo punto: la Oficina de Asilo y Refugio de España. Este organismo del Ministerio del Interior cumplió 30 años en 2022, tres décadas de vida en las que ha tramitado más de 620.000 expedientes de solicitudes de protección internacional.

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