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Capítulo 2 :   RÉGIMEN CERRADO

“Una persona no nace para estar encerrada la mayor parte de su vida”.

El régimen cerrado es el más restrictivo en la vida de una prisión. Funcionarios de prisiones nos explican cómo trabajan con estos internos para conseguir que aprendan a adquirir obligaciones y hábitos de conducta que hagan más rápida su reintegración en el régimen ordinario.

 Duración: 7:49

Audio:

¡Cabina! Abre celda 15

Llevo casi 20 años en la cárcel.

¿Qué es lo que el interno quiere? Salir cuanto antes de primer grado

El régimen cerrado es el régimen más restrictivo

Cualquiera puede caer preso y cualquiera puede estar en ese lado. ¿Vale?

 

¡Cabina! Abre celda 15

Juan, funcionario de vigilancia del departamento de régimen cerrado en el Centro Penitenciario de Asturias:

El régimen cerrado es uno de los tres regímenes que hay dentro de la vida penitenciaria. De alguna manera es el régimen más restrictivo y viene regulado en el Reglamento Penitenciario para aquellos internos que han causado algún tipo de disturbio grave, alteración grave del orden dentro del propio establecimiento y que hay que separar del resto de la población reclusa.

¿Qué tal chavales?...

El de ayer… que quiere bajar a hacer las actividades a toda costa.

Le decís que hasta el lunes no se va a incorporar de manera efectiva a lo que es la dinámica de todas las actividades. ¿Vale?

José, funcionario de vigilancia en segunda actividad. Centro Penitenciario de Asturias: ¿Qué es lo que el interno quiere? Salir cuanto antes de primer grado. Bueno, pues eso que el interno quiere es también lo que nosotros queremos. Siempre se pensó que al interno en primer grado lo que había que hacer era ocultarlo y mantenerlo en primer grado hasta que cambiase por sí. Entonces era difícil entender que había que intervenir en primer grado. Nosotros veíamos que el tiempo en primer grado debía ser el justo y necesario para reconducir conducta y poder salir a segundo grado y poder ir avanzando en la reinserción. Vimos que toda la problemática que nosotros teníamos había una forma de combatirla o de atacarla que era interviniendo con los internos en primer grado.

Juan: La vida dentro de estos departamentos de régimen cerrado es una vida dura, es una vida muy complicada, es una vida muy restrictiva. Está todo muy tasado. Los internos no pueden tener ni tan siquiera dentro de la celda un palo de escoba, no pueden tener una cuchilla para afeitarse, no pueden tener un espejo… Lo que hacemos de 8 a 9 de la mañana es que les vamos dotando de todos esos elementos que hacen que puedan mantener su celda limpia y puedan tener un aseo y una higiene personal. Pueden hacer uso del economato. Aquí hay un economato y pueden por las mañanas hacer compras de economato y de café… y hay cosas que se les reparten a esa hora.

Tú te comprometes a hacer estas cosas y, si te comprometes a hacer estas cosas, el resultado es que vas a salir de aquí, que vas a progresar en segundo grado. Antes no era así. Antes ellos no tenían nada que hacer y nosotros no podíamos lanzar ninguna oferta y, entonces, ellos consideraban que lo que iba a ser de su vida, de su trayectoria penitenciaria no dependía de ellos. Entonces. Ahora, les hacemos responsables de su vida.

Hola, hola, buenos días

¿Cómo está la cosa por aquí hoy?

Bien, muy bien.

Entonces…

La semana bien. Sí bien

¿Estás enfadado?

No. Estoy fenomenal.

Me han comunicado que voy a ser coordinador del módulo.

¿Te acuerdas cuando decías: a la tercera, no hay dos sin tres? ¡Qué razón tenías!

Llevo casi 20 años en la cárcel, pero he estado casi cuatro en primer grado, en régimen cerrado. Supone tener mucha paciencia y tener una mente fuerte porque es muy duro estar cerrado 20 horas mínimo. Cualquiera puede caer preso y puede estar en régimen cerrado. ¿Vale? No todos los que estamos en régimen cerrado somos peligrosos porque hay gente simplemente por acumulación de sanciones. ¿Me entiendes?

Eduardo, funcionario de vigilancia del departamento de régimen cerrado en el Centro Penitenciario de A Lama: El primer grado es un régimen cerrado, un régimen de vida en el que el interno tiene muchas limitaciones y, entonces, lo importante aquí es hacer un esfuerzo para que el interno pase al departamento de vida normal, a departamentos ordinarios y hay ahí una cierta importancia, sobre todo, en esa responsabilidad social que tenemos de que el interno no vaya directamente de un primer grado a la calle porque lo que estamos es endureciendo esas condiciones de adaptabilidad a la sociedad. Ahí, el funcionario es muy importante, no sólo para intervenir, que a veces hay que intervenir, sino también para intentar prever ese tipo de situaciones.

Montse, funcionaria de vigilancia de departamento de régimen cerrado del Centro Penitenciario de A Lama: ¡Abrimos celda 35, por favor! La diferencia que tenemos entre un módulo normal y uno de régimen cerrado son las rejas. Los internos están siempre con esta puerta cerrada. La abrimos solamente cuando tienen que bajar, o bien al patio, o porque tienen que ir a comunicaciones, a agente judicial… cualquier salida. El resto, está siempre cerrada. El día a día conmigo, el hablar con ellos, yo veo que les ayuda muchísimo. Eso, al final, ellos te lo agradecen y estoy contenta.

Agustín, funcionario de vigilancia del departamento de régimen cerrado en el Centro Penitenciario de A Lama: ¡Pedro! ¿Me abres motorizada 26? Los internos de esta galería viven el régimen más restrictivo de todos. Sólo tienen tres horas de patio al día.

Alfredo, educador en el Centro Penitenciario de A Lama: Sí es verdad que hay días malos y hay días complicados en que dices: ¡Buff! ¿Tendrá sentido? Pero hay una convicción de que esto es importantísimo, claro.

Juan: El haber introducido estos programas de intervención significa que los internos adquieren obligaciones que les van a hacer adquirir hábitos que les van a hacer reintegrarse de una manera más rápida a lo que es el régimen ordinario.

Alfredo: Una persona no nace para estar encerrada la mayor parte de su vida. Hemos nacido para socializar con los demás. Tenemos que tratar de que la gente socialice con sus compañeros porque, además, cuando vuelvas a la libertad vas a ir a un medio rodeado de personas.

RÉGIMEN CERRADO

Cruzamos las puertas de prisión para adentramos en la compleja realidad que rodea a los internos que viven en régimen cerrado, el más restrictivo dentro de la vida penitenciaria. Y conocemos las nuevas herramientas y métodos que los funcionarios de prisiones dedican a estos presos hasta su reinserción.

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